La luz como factor ambiental para las plantas.

La luz como factor ambiental para las plantas.

De entre los factores climáticos que intervienen en el desarrollo de la planta; CO2, temperatura, humedad, etc…, la luz es uno de los más importantes.

Es un factor imprescindible para que la planta pueda llevar a cabo la fotosíntesis y de la que depende directamente para sintetizar la materia orgánica a partir de sustancias minerales.

La luz provee la energía necesaria para que la planta realice la fotosíntesis, con la cual se produce la materia orgánica para su crecimiento y desarrollo.

La actividad fotosintética y su eficacia aumentan con la luz, la temperatura y el CO2, por lo que si se quiere conseguir un buen desarrollo del cultivo y un incremento de la productividad, hay que garantizar una buena y correcta iluminación.

Cuanto mayor es la iluminación, más eficaz es la fotosíntesis y más rápido se puede llegar a desarrollar la planta. Sin embargo, a medida que la intensidad de la luz aumenta, la velocidad de la fotosíntesis alcanza un límite.

A este punto máximo se le denomina “punto de saturación de la luz”, a partir del cual la velocidad del proceso físico-químico de la fotosíntesis se vuelve plana.

La cantidad de luz recibida por la planta dependerá de dos factores principalmente; de la intensidad y del número de horas diarias de exposición.

A los cambios de iluminación que reciben las plantas se denomina fotoperiodo, y el tiempo de exposición o las horas de luz necesarios para que el cultivo pueda desarrollarse y llegar a la floración, varía según la especie.

Todas las plantas necesitan luz y por debajo de un determinado umbral, muy pocas consiguen subsistir.

Pero tanto el exceso como la falta de luz ocasionan en las plantas consecuencias nocivas. Las plantas que reciben insuficientes niveles de luz tienen menor crecimiento vegetativo, menor floración, se debilitan y producen hojas más pequeñas.

Por otro lado, las plantas que reciben demasiada luz pueden producir lo que se denomina clorosis (La clorosis es el amarilla miento del tejido foliar causado por la falta de clorofila).

Este parámetro de vital importancia se puede supervisar en el interior de un invernadero por medio de un programador de clima que controle las pantallas de sombreo (en el caso de que la intensidad luminosa sea elevada).

Pantallas de oscurecimiento (si se quiere fingir oscuridad, en aquellos cultivos de día corto cuando se encuentran en día largo)

las luces asimilación (se aplican cuando no hay suficiente luz para el buen crecimiento del cultivo).

La importancia de la temperatura para el cultivo en invernadero

La importancia de la temperatura para el cultivo en invernadero

Una de las ventajas que ofrece el cultivo en invernadero es el control de las condiciones climáticas para asegurar un mejor desarrollo de la planta.

Entre los factores climáticos que influyen sobre el cultivo y la producción se encuentra la temperatura, que debe oscilar entre los 18-25 °C para que la planta pueda crecer correctamente y dar su fruto (Ver tabla con el resumen de exigencias de temperatura para distintas especies). Por debajo o por encima de esta temperatura óptima la planta no se consigue desarrollar adecuadamente y es posible que el cultivo no realice su ciclo biológico normal y no alcance su máximo potencial de rendimiento.

Además, la temperatura interviene (junto con otros factores como el CO2, iluminación, etc.) en ciertas funciones como por ejemplo la apertura o cierre de las estomas, que son imprescindibles en los procesos vitales de la fotosíntesis, transpiración y respiración de la planta.

En condiciones óptimas, estas estomas que se encuentran en el envés de las hojas de las plantas, estarán abiertos para permitir el intercambio gaseoso, posibilitando la entrada de dióxido de carbono y liberando el oxígeno. Si la temperatura del interior del invernadero aumenta, también aumenta la cantidad de agua que se pierde por transpiración, y los estomas se cerrarán como método de protección para evitar la pérdida excesiva de agua. Aunque este método de protección puede tener un efecto negativo, pues con las estomas cerradas se restringe la entrada de dióxido de carbono que es fundamental para realizar la fotosíntesis.

Con el fin de no perder agua innecesariamente y realizar el necesario intercambio de gases, las plantas deben regular la apertura y el cierre de los estomas. Por lo cual, se debe conseguir una tempera óptima para que se produzca un buen desarrollo del cultivo.

En función de los efectos que ocasionan al cultivo, se distinguen distintos tipos de temperatura:

Tipos de temperatura

  • Temperatura mínima letal. Aquella por debajo de la cual se producen daños en la planta.
  • Temperatura óptima. La temperatura correcta para que la planta se desarrolle en las condiciones idóneas.
  • Temperaturas máximas y mínimas biológicas. Indican valores, por encima o por debajo respectivamente del cual, no es posible que la planta alcance una determinada fase vegetativa, como floración, fructificación, etc.
  • Temperaturas máxima letal: Aquella por encima de la cual se producen daños en la planta.